Pasaba yo por Santo Domingo y me encontré con una aparentemente improvisada rueda de prensa delante de una mesa llena de folletos y de un puñado de carteles, en la que estarían hablando de algo relacionado con el día 1 de diciembre, día mundial del SIDA (o como debería ser, día mundial de la lucha contra el SIDA, digo yo).
Iba rápido, no me he enterado mucho de lo que pasaba, pero me he metido en medio de la marabunta (de mis colegas periodistas entre los que soy un elemento extraño al que sin dudar se puede acusar de intrusismo) y he disparado la foto.
Al poco rato volví a pasar y ya no estaban las autoridades, pero una chica muy amable me ha dado un par de folletos (uno de ellos es el de la imagen) y una caja con tres condones (qué optimismo o tal vez piensen que no los sabemos utilizar y por eso los dan de tres en tres, porque si no no lo entiendo...)
Y bueno, mi desilusión ha sido tremenda cuando he vuelto a pasar al cabo de una hora y ya no había nadie. Por supuesto ni rastro de las autoridades, pero se había esfumado la mesa petitoria o similar y la simpática chica que repartía condones, así que no he podido hacer acopio. Digo yo que el frío los habrá echado para atrás.
Así que, como se han ido todos, podemos ver la foto, que no tiene desperdicio (ampliarla haciendo clic), y por ejemplo inventar una historia para cada uno de los que me miran o jugar al quién es quién:
¿Quién es el señor al que entrevistan?
¿Quién es el que le acompaña y que desde la izquierda de la imagen me mira con cara de pocos amigos?
¿Y sobre todo, cuánto tardará Barreda en cambiarlos por otros similares?
En fin, acabemos con el SIDA.
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