Vaya chasco. Me he quedado sin entradas para el concierto de Ariel Rot.
Coño, digo yo -bueno más que decirlo lo pienso por educación-, si traes gratis a Ariel Rot, no lo metas en una caja de cerillas. En qué cabeza cabe. A lo mejor en el ayuntamiento pensaron que nadie lo conoce porque ellos no lo conocen. Debe ser el síndrome de Sara Mago.
Bueno, siendo bien pensados, espero que lo lleven a otro lado o que al menos nos dejen entrar al suelo de los jardines. A mí no me importa no tener silla.
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